Joshua Bell es uno de los mejores violinistas del mundo. Este gran virtuoso del violín a ganado el premio Grammy como mejor intérprete de música clásica y el Avery Fisher de las distinciones más importantes que puede alcanzar un intérprete de música clásica. Algunos de sus discos han superado la barrera de los 5 millones de copias vendidas y uno de ellos Romance del violín de Sony Classical permaneció como número uno en ventas en la Lista de música clásica durante 54 semanas consecutivas. Recientemente Bell participó en un experimento realizado durante la hora punta en el metro de Washington en el que se demostró como la belleza sublime pasa desapercibida para la gran mayoría de personas. El maestro y su instrumento, un valioso Stradivarius fabricado en 1713 y valorado en más de 4 millones de dólares, comenzó a tocar piezas clásicas de exquisita belleza mientras cientos de personas pasaban ante él por los pasillos del metro, el resultado de la experiencia fue realmente desolador. Durante los 43 minutos que estuvo tocando solo 27 personas se detuvieron a escuchar y le dieron algo de dinero, recaudo 32,17 dólares, todos los niños que pasaban se detenían a escuchar al maestro absortos por la belleza de la música hasta que sus padres tiraban de ellos para que continuasen. ¿No resulta paradójico? Miles de personas pasan frente a uno de los mejores músicos del planeta y escuchando una interpretación de una calidad sublime y solo 27 personas se detuvieron a disfrutar de aquella maravilla. ¿Acaso estamos tan inmersos en nuestra rutina diaria que estamos como anestesiados y no sabemos ni siquiera distinguir las maravillas que nos ofrece la vida?
Los niños nos han dado una gran lección ellos en su inocencia y curiosidad insaciable siempre saben descubrir y valorar dónde está aquello que es maravilloso ¿cuántos de nosotros nos hubiéramos detenido para escuchar al maestro? algo que me ha hecho reflexionar y tomar conciencia de que hemos de vivir con los ojos más abiertos para disfrutar todas las maravillas que la vida nos puede ofrecer.
Post José Maria Vicedo, aparece en el libro – Ahora Si –
Está historia me gusta leerla de vez en cuando para recordar que el amanecer es lo más bonito que pueden ver unos ojos, y algunos todavía siguen durmiendo. Y para recordar que un trozo de madera se puede convertir en un violín. Los 30 primeros segundos de la adquisición del décimo, en esos sueños que no somos capaces después de ver, ahí está la maravilla.
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